sábado, 3 de marzo de 2012
Mirada de Mujer
Hoy celebramos de nuevo el Día Internacional de la Mujer. De forma reiterada he dicho que no me gustan las efemérides de un día que subrayan las carencias más que las virtudes, las deficiencias más que una verdadera concienciación; y que ponen de manifiesto de forma manida que las desigualdades, injusticias y falsas discriminaciones positivas no son más que un alarde cínico en toda regla de nuestra sociedad. Realzar el día de la mujer no es otra cosa, desgraciadamente, que constatar nuestra inferioridad en el mundo económico, en el ejercicio del auténtico poder y de una mentalidad machista dominante. De un género denostado por la Historia que aún no alcanza principios de igualadad y consideración..., tristemente, porque ¡Cuanto camino nos falta aún por recorrer! ¡Cuanta jactancia nos sobra! Es cierto que hemos avanzado un montón y se camina en la buena dirección, sobre todo en el mundo del desarrollo occidental (que no en la mayor parte del Mundo), pero sigo viendo que las grandes empresas (y las pequeñas, también, excepto algunas valientes) están dirigidas por hombres; prevalecen los varones en gobiernos en los puestos esenciales (véanse los consejos de ministros europeos, las ejecutivas bancarias...), relegando siempre a la mujer a esas calificadas vicepresidencias que aplaudimos con euforia; se sigue utilizando descaradamente a la mujer como objeto sexual (y no al hombre en la misma medida)en los anuncionos y en nuestro entorno (piropos...); en los deportes es descarada la discriminación constante en la proyección masculina que se da al futbol, baloncesto, tenis...; en los toros, el ciclismo, etcétera, etcétera. Y para qué hablar de nuestros pueblos con las cofradías y hermanos que vemos una y otra vez sin rechistar..., porque son hombres y solo hombres los que sustentan la tradición, ¿no? Se vé que ahí no ha llegado aún la igualdad, ni el sentimiento ni los cupos. ¿Alguien duda de que todo esto es la mejor escuela para nuestros niños, que ven y escuchan a diario, que asimilan e interiorizan? Luego, descaradamente, insisten las instituciones y las leyes de que en la escuela se difundan principios de igualdad (ja, ja, ja...), de que celebremos días de la mujer (que no nos queda otro remedio) y que asistamos a las manifestaciones de violencia de género. Triste consuelo y desconsuelo cargado de llando y frustración, porque la dignidad de la mujer se alcanza en el día a día en nuestras familias, actividades profesionales, amistades, instituciones y medios de comunicación. Desgraciadamente quedan muchas décadas para tener tranquila la conciencia.