lunes, 1 de junio de 2009

La Historia de Los Pedroches: Un grito al infinito


Solamente el desolador grito de Munch, salvando las distancias, traduce con celeridad suprema el estado de soledad y desesperación en que nos encontramos. Me refiero en esta ocasión a la situación de la Historia en nuestra comarca (sobre todo la Antigua y Altomedieval). Parece mentira que una Tierra tan rica en esencias históricas, con un nutricio bagaje, haya quedado defenestrada por los eruditos y por los culturetas de la intelectualidad en todos los tiempos; y también en las últimas décadas. Suena a sorna y paradoja, que quien articuló parte del territorio cordobés en uno de sus extremos, quien defendió fronteras y quien estableció pilares geopolíticos fundamentales de vínculo y unión..., no encuentre hoy fundamentos históricos para acreditar su existencia en el pasado. Tiene gracia la cosa. No sé como no se mueren de verguenza los arquéologos de la Tierra (de más adentro y más afuera), que se afanan en rarísimos cometidos comerciales y tienen aún por sacar a flote uno de los legados más importantes de nuestra comarca. La podredumbre de la ciencia arqueológica en nuestros lares es tal, que algunos ingenuos agoreros prescriben con desdén que tal vez no haya pasado romano, ni visigodo, ni musulmán. Muy grande y ensordecedor es nuestro grito al infinito, porque nos sentimos impotentes ante tanta miseria intelectual. Por dudar... se duda hasta el pasado musulmán de Pedroche ¡Dios de Dios!, baluarte indiscutido de las crónicas islámicas; asentamiento castrense cuyas piedras en sus sótanos y leyendas sudan efluvios de islamismo; pero nada cabe decir cuando las picotas del arqueólogo se niegan una y otra vez a tomar esta Tierra por bandera de sus labores. Desgraciadamente el clima es deprimente, porque de nada sirven las motivadoras ruinas de miles de enclaves que esperan con desesperanza: desde Belalcázar y sus ricos sótanos civiles y militares al Cuzna, cuyos restos braman al cielo con ensordecedor grito de agonía; desde los toponímicos de muchas de las lastras medievales (también sin aflorar) a los cándidos sueños del pasado arqueológico de Pedroche; con el horizonte inquieto de desesperanza de la Solia romana, Valdeiglesias y tantos otros restos magalíticos y romanos que deambulan por unas y otras villas de Los Pedroches. Sin embargo, no ha querido la diosa Fortuna, ni todos los dioses del Olimpo, que esta comarca se desasosiegue con las fructíferas emersiones de su rico pasado. Tanta desidia causa frustación y tristeza, que algún día ha de convertirse en alegría y desenfreno, porque más tarde o temprano saldrán a la luz los vestigios de nuestra Tierra: testimonios a borbotones de un pasado milenario que se esconde a los ojos cansinos y miopes de las gentes de a pie (sin ánimo de enfadar a nadie)de nuestros días, pero especialmente de las mentes torpes e inmisericordes de los estudiosos de turno, que no son capaces de ver más allá de sus narices.

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES
Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva