sábado, 20 de junio de 2009
Canción de la Madre del Agua de Pédro Tébar
Vale la pena recordar, a estas alturas del año, algún que otro libro para disfrutar en el próximo verano leyendo; haciéndolo además con un texto que cumple para mí con las características esenciales en este tiempo repleto de actividades de distinta índole. Por una parte, es un librillo corto, que permite una lectura cómoda sin enfangarse con un tocho que te ocupe toda la temporada; tiene además el aval, que no siempre se cumple (pero en este caso sí), de haber sido objeto de varios premios (IV Internacional de Narrativa corta Generación del 27, Solienses 08), y ello ofrece ciertas garantías. Sin embargo, lo que más me convence después de haberlo leído para recomendarlo son las siguientes razones: el autor es de Los Pedroches, con cierta edad (más de sesenta años), y tiene conocimientos ciertos del saber popular de nuestra comarca, de ese pasado que se va perdiendo en la memoria de las personas mayores; por un lado la experiencia de su vida y las vivencias de su pueblo y sus contornos, pero sobre todo ese bagaje extraordinario de un imaginario rural que solo te lo puede trasmitir un hombre formado, con ciertas capacidades de racionalización de ese legado; y por supuesto, con suficiencia literaria para hacer bello y hermoso ese contenido legendario. Desde un punto de vista formal, de estricto análisis literario,no es por supuesto una obra de arte de primera magnitud, pero no le faltan maneras: en recursos literarios, en atisvos de sensibilidad, en sabia recopilación, en la captación de voces añejas, etc. Se puede leer muy bien, con agrado y regusto con lo que se lee, con gancho suficiente para hacer una lectura de un tirón. Lo más interesante está en el contenido, pues a través de pequeñas historietas organizadas en capítulos recopila leyendas de Villanueva de Córdoba, de Pedroche y de la comarca. Obviamente, el autor no es para nada original (ni creo que lo pretenda) ni en el contenido ni en la forma, pero también es verdad que plasma su personalidad y su manera de ver las cosas, con la veracidad que tiene el contar leyendas que perviven de facto en su memoria y son del imaginario de todos. Hace una recopilación, bien seleccionada a mi entender, de leyendas que ya habían sido recogidas por D. Juan Ocaña y su padre (y están publicadas), de otras que son vox populi y las tienen en su memoria la mayoría de vecinos de Los Pedroches por tradición histórica (La Reina Cava); bastantes de aconteceres particulares y curiosones de Villanueva (La casa de las culebras, el pozo del milabro, el prado del Carmen, etc.); otras del acervo más rancio español (como la del hombre del saco), personalizadas en Villanueva en la nóminación particular, como la del Tío Marengo. Especialmente interesante resulta la selección de las leyendas que sustentan los pilares de nuestras tracidiones, como la Virgen de Luna, las plagas y las ermitas de Los Pedroches (San Sebastián, San Gregorio, etc.) También me parecen muy bonitas esas leyendas, de viva voz, que rastrean la percepción del pasado en relación con los muertos, con los espíritus y las almas en pena, que una servidora (y mi madre, de muy cerca de Villanueva)tenía muy veladas en el substrato más profundo de la memoria, recordando bien a la Santa Campaña, y las ánimas del purgatorio vagando por ahí...¡Que bien lo trae a cuento el autor en diferentes historias! Por lo tanto, muy entroncado con nuestro legado histórico, nuestro imaginario popular y la savia aún viva de la tradición más ancestral. Creo sinceramente que para muchos este libro supone devolvernos parte de nuestros antepasados (no solo de Villanueva de Córdoba)y nuestro legado, y para los jóvenes, una posibilidad de recuperar un bagaje cultural de porte ruralizante que bien creo que ya no está en su imaginario (en su substrato cultural).
Como digo, vale la pena leer el libro, y en esta ocasión sí que estoy en parte con el jurado, si bien (desde un punto de vista literario)creo que el autor promete más. Dicho de otra manera (y lamentablemente no conozco su obra), parece que le faltan tablas y promete mucho; o todo lo contrario, tiene ya muchas tablas y ha sabido sacar buen fruto a una veta que es inmensamente rica. De cualquier forma, un libro para saborear en corto espacio de tiempo y salir satisfecho. Sin mayores aspiraciones literarias, pero con un contenido comarcal indudable. He dicho.
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1 comentario:
Para Susana:
En primer lugar me alegra mucho que te hayas entretenido leyendo mi texto "Canción de la madre del agua". Y en segundo lugar también me alegra que recomiendes su lectura para este verano. Creo que has captado casi todo lo que yo quería decir que no es otra cosa que ese sustrato que existe en nuestra memoria, referida siempre a nuestra comarca. Aunque yo las llamo "Leyendas" habrás comprobado que salvo "La reina Cava", "La Virgen de la Encina" y el personaje del "tío Marango", todos los otros relatos no son leyendas recopiladas sino creaciones o recreaciones que tienen su punto de partida en algún hecho puntual de nuestro
imaginario,"Fantasmas", "Leyenda del niño grupero", o en una frase o dato recogidos por algunos autores comarcanos,"Las guerras y los hombres". Es decir: un hecho histórico es transformado en un texto literario al que me ha gustado titular como "leyenda". Pero leyendas, leyendas,ya escritas o transmitidas anteriormente, la de La reina Cava y la Virgen de Luna.
Y como este texto que tú tan amablemente has comentado tiene sus raíces en otro mío anterior, "Música en la almohada", si me haces llegar de alguna manera tu dirección o me indicas dónde te lo envío, así lo haré con mucho gusto.
Gracias de nuevo. Un abrazo cordial. Pedro Tébar.
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