jueves, 20 de septiembre de 2012

Cara a cara (micros)

Las capacidades de algunos hombres son admirables, así como sus facultades naturales para resolver problemas; sobre todo cuando tocan con las yemas de los dedos la genialidad. Mayor admiración supone aún la coincidencia de dos genios en el tiempo y en el espacio, sorprendiéndose con incredulidad cara a cara como un niño pequeño cuando se mira en el espejo. La vida es sin embargo sorprendente, y el destino caprichoso. Lo que no surge en varios cientos de años o milenios puede ocurrir un día de la noche a la mañana, como si no pasara nada, de la forma más natural entre millones de mortales que pululan por la vida sin sobrepasar las cosas más pedestres y rudimentarias. Este pensamiento masticaba de forma inconsciente el maestro, no exento de la mayor jactancia y altanería, mirando la paleta de colores y observando de refilón el magnífico cuadro que le había puesto a hurtadilla Juan Pareja delante de sus narices; sin permiso y sin el menor aviso, sobresaltado ya de ambición y denostando sin remilgo alguno los principios de sencillez y humildad que le habían aprisionado a lo largo de toda su vida. Se lo había jugado el todo por el todo, y después de mucha paciencia, pasión frenada, y ensombrecimiento de la verdad se había decidido. El criado ya no soportaba ni un día más prevalecer junto al magnate del pincel triturando tierras y colores, acicalando sus obras o preparándole lienzos como un mozo de cuadra. Había llegado la hora de salir a la luz con toda su fuerza, demostrando su valor y señoreando a toda la Corte que él nada tenía que envidiar a ninguno de considerados dioses del color que cubrían las paredes de Palacio: él mismo podía sin grandes aspavientos reproducir los mejores retratos del Rey, representar las batallas o crear escenas que causaran sensación a toda la cristiandad. Poseía la inteligencia y la mano de un pintor genial. Velázquez, en su soledad y con un sentimiento agridulce, miraba obnubilado la obra: su esclavo negro le acaba de demostrar que, en cuestión de pintura, le podía hablar de tú a tú. El genial pintor de Corte tenía un maestro a su lado por esclavo.

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES
Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva