sábado, 23 de abril de 2011

Día del Libro


La abrumadora agenda de Semana Santa y el trabajo diario han dejado casi en un rincón al día del libro, aunque los medios de comunicación le han dado la correspondiente parcela de protagonismo. Para mí sigue siendo esencial que se promueva la lectura y que leamos, porque es la base del lenguaje y de la Cultura. Este año, como los últimos, la promoción y las noticias de los libros vienen asociadas al debate sobre los libros digitales. Es un tema que se trata de soslayo, pero que tiene bastante trascendencia a mi parecer; tal vez se le de aún simplemente una lectura superficial, un tanto anecdótica, pero muy pronto va a cambiar nuestro mundo. De momento, hasta las estadísticas se muestran reacias hacia el invento, subrayando que no parece mucha la incidencia sobre la población y sus preferencias (en términos generales). Creo sinceramente que este es debate es un tanto baladí, porque el futuro viene firme y la tecnología se impone, queramoslo o no. A mi me gusta leer, y sentir el peso del libro, el tacto diferente que tienen las ediciones, las letras, el formato, tampaño etc. Ya sé que es una cuestión cargada de romanticismo, y que se tiene que acabar por razones que todos sabemos: cuestión de peso, de dinero, de eficacia, de tiempo, de mil verdades que no cabe negar. La tecnología nos facilita ya lectores sin peso, sin gasto ocular (como antes decían), con memorias de caballo para llevar cientos de libros; con las letras que tú quieras y el tamaño que mejor te venga. Con el aliciente de las ilustraciones, documentación de autor, contexto, etc., etc. En un recoveco de tu maleta o de tu casa puedes guardar los grandes tesoros de la humanidad; en los viajes viene de maravilla tener a mano cualquier obra de cualquier tiempo; las editoriales te facilitan las últimas novedades a un costo ínfimo..., e incluso tú puedes hacer literatura creativa con cuatro ejercicios que te facilitan para convertirte en un buen escritor. Más claro agua. El romanticismo de la lectura tradicional (aunque me pese) tiene sus días contados, y no podrá competir con el bichito electrónico por mucho tiempo. El tema de las editoriales y promotoras (que se mueven por dinero) me suscita ciertas dudas, pero al igual que los DVD, películas, etc. (de internet) tendrá que encontrar nuevos senderos para obtener beneficios. Cada vez es más acuciante el mundo de la producción literaria en la red, y los monopolios editoriales solo venden barbaridades a costa de la manipulación mediatica de los medios (Tv, famosos, autores de reconocido prestigio, etc.), no por las calidades de los escritores). Un mundo más diverso y menos mediatizado avanzará sin duda por los derroteros del pluralismo, y eso está más en relación con el formato digital. Ja..., Ja, Que ingenua soy..., como si de pronto el Mundo fuera más culto, más selectivo y menos manipulable. Veremos que dicen los tiempos..., de momento..., yo vislumbro al bichito grandes posibilidades. Y me molesta, porque soy lectora tradicional(bueno, le pongo pasión y disfruto).

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