lunes, 4 de junio de 2012

Habemus Papam (COVAP)


Dígase así a la maniera eclesial del orbe católico, aunque se trate del capelo colegiado de la feligresía vacuna. Este fin de semana hemos visto la fumata blanca después del sínodo del colegio cardenalico y sus milites. Al igual que en la curia, salió lo que se esperaba, pues no faltaba más, pues el sacro colegio adquirió la túnica en el tenor de la tradición. Y el Papa pretérito es sabio y es justo, e inefable, que son prebendas del sucesor en la cátedra de Pedro. El pueblo intercesor del mandato habló firme y claro, sin mixtura de voces perturbadoras ni mensajes deformantes de disidentes, que haberlos hailos siempre. Hasta en la Iglesia. Los pecados se purgan en el purgatorio, que para eso se inventó el sacramento de la penitencia. Lo que haya de venir, vendrá, y de nada sirve (al parecer) espolvorear dislates de culpabilidad (o culposidad). La COVAP ya tiene de nuevo presidente y consejeros, y mira al horizonte con esperanza –y falta que hace–, y apostemos porque estén iluminados en esta andadura plagada de baches y recovecos. Una trabaja con afán y no le ve mucha grasa a la cosa (desgraciadamente). Ya no son los tiempos de antaño (todo esperanza) ni los del crecimiento a espuertas..., ahora hay que sudar tinta en la camiseta y demostrar al mundo lo que se es y nuestros argumentos de valor. De verdad que yo no entiendo mucho de las cuitas de las altas esferas, soy simplemente un peón de base agarrado a la teta de la vaca en lo más prosaico y menos nutritivo (el trabajo). Mi hermana Vero me ha intentado explicar –un tanto a su modo y manera– el affaire y sus triquiñuelas a la luz de la humareda, pero no sé si la he entendido bien con estas paradojas de la floritura metafórica. Dios de Dios, luz de luz, que los ministros de la Iglesia –dice– vienen predestinados. Y la fe del Pueblo es el motor de las vaquerizas, y pelillos a la mar. Será que el embrollo de la crisis, y sus consecuencias, también han dejado en blanco purpureo de la leche su mácula...,¡Y al líquido temblando! O tal vez las cuitas de las sombras del colegio purpúreo, con capas impolutas del cardenalato. En todo caso, blanca humareda para serenar los espíritus inquietos. Que no son tiempos de espolvorear la parva, que sopla el ventero fuerte de la sierra..., y como dice mi abuelo: Sierra trapera con gorra..., no hay arroyo que no corra.

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES
Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva