miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mujeres Vaqueras

Hace tiempo que las precariedades de la mujer (en cuanto al género) se disputan y debaten, y hasta se hacen informes enjundiosos. Bueno. Lo cierto es que todos sabemos la posición general de la mujer en la sociedad (de todos los sectores) y las graves carencias, que ahora se acentúan aún más con la crisis. Una cosa es la teoría de las igualdades y otra muy distinta la realidad. Lo que especialmente me preocupa es el papel de las mujeres del campo en Los Pedroches (lo que no quiere decir que lo otro no me preocupe...), que siempre ha sido esencial y lo sigue siendo, pero pasamos por la historia como entes invisibles. La mayor parte de nosotras nos mantenemos en la sombra de las titularidades y derechos jurídicos (largo de explicar) de los hombres, pero el trabajo lo desarrollamos nosotras en buena parte; la innovación del sector sale de nuestras cabezas (también); las iniciativas de muchas otras cosas son también nuestras en buena parte, etcétera. Y no me refiero únicamente a las que estamos completamente en el trabajo diario, sino de esas otras mujeres ya mayores (como mamá) que tienen un papel tan relevante en las vaquerizas y las haciendas rurales, pero no son nadie a nivel jurídico. Mi mayor perplejidad está en que las jóvenes (las más jóvenes) del oficio nos dejamos arrastrar a situaciones del pasado y no hacemos mucho por cambiar, que en bastantes extremos precisa de cambios de cara no solamente en el trabajo, sino en los papeles, asociaciones, sindicatos, Cooperativa y actitudes. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que la mayor parte de ganaderas no tenemos aún una relación estrecha entre nosotras para reivindicarnos, y tal vez no tengamos siquiera una conciencia clara de lo que ello supone, o lo que supondría cambiar eso que aparentemente son minucias. No creo que sea así. El sector nos dio con la Cooperativa un vínculo económico a todos los socios, y unos horizontes de desarrollo, pero la mujer no tiene ese protagonismo que debiera, cuando todas sabemos que ni en la cabeza de mando ni en las explotaciones particulares contamos como realidad social ni cultural de importancia. Los intereses de las mujeres (como tales) no están siquiera contemplados aún en nuestras aspiraciones..., tal es la situación calamitosa en que nos encontramos. Cada pueblo posee (no todos) algunas asociaciones de mujeres de otros sectores, que más que nada son (y perdón) receptáculos de subvenciones sin compromisos claros de actuación, sin ambiciones o aspiraciones a perseguir. No. Yo no veo por ningún lado ese impulso que sería preciso para encontrar cauces de mejora en lo que más nos concierne. A veces nos pensamos que las cuatro ganaderas que nos conocemos (por encima, de vista) somos el colectivo, y eso es completamente falso; como lo son los informes de las cuatro titularidades que existen con nombre de mujer. Somos muchas más: pero calladas y sin solución de continuidad diferente. El peso del pasado es abrumador, pero curiosamente existimos algunas muy jóvenes con bastante iniciativa, y no nos arredramos con el trabajo, pero a la hora de formar un bloque sustancial estamos estancadas como el hielo. Tal vez la liberación de la mujer, de la que tanto se hablaba antaño y habla actualmente (en lo del género), no sea más que una pantomima para las que han tenido la suerte de contar con otras profesiones más liberales o medios económicos más solventes (que esos sí que creo que dan más libertad y liberación de género). Tal vez seamos simplemente nosotras las que no somos capaces de azuzar al viento con fuerza para que sople en nuestra dirección, o movernos con habilidad para procurar su empuje. Ahí está la pelota en el tejado.

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES
Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva