Córdoba candidata a la capitalidad cultural

Esta tarde se ha anunciado que Córdoba, junto a otras ciudades españolas (Burgos, Segovia, Las Palmas, Zaragoza), estará presente como candidata para la elección definitiva de Capital Europea en 2011. Es una gran noticia no solamente para nuestra capital, sino para toda la provincia y también para Los Pedroches. Es cierto que no me gustan los fuegos de artificio ni los oropeles de los políticos, pero hay que pasar a veces por este tipo de filtros para promocionarse de verdad, para proyectar los valores culturales y potenciar así nuestra ciudad y pueblos de la provincia. La capitalidad europea es una ocasión de lujo, porque durante un año está tu ciudad en el ojo del huracán de todos los europeos, en el punto de mira de millones de personas e instituciones, empresas, etc. Está demostrado que durante el proceso de elección y después existen con estos eventos un despliegue de medios económicos impresionantes, y se le da a la ciudad y el entorno un impulso fuerte a todos los niveles. En miles de ocasiones se ha dicho que no basta con tener buen género, sino que hay que saber venderlo. Nadie duda que Córdoba posee méritos sobrados para conseguir la capitalidad, porque la avala una Historia, una base cultural y un patrimonio monumental descomunal, pero hay que saber proyectarlo, porque eso lo tiene a diario y a veces no se aprecia el dinamismo cultural que debiera. Ahora es una ocasión excepcional. A Los Pedroches nos incumbre también la celebración y la búsqueda de réditos de ocasiones tan sembradas de oportunidades. La elección de Córdoba supondrá tener al lado un contingente descomunal de visitantes que, con con habilidad, podemos atraer hacia nuestro entorno, hacia nuestras tierra y aprovechar con nuestras posibilidades. Esa es la baza que tenemos que jugar bien para la ocasión, además de propiciar con anterioridad el despegue racional del turismo, de nuestro patrimonio y nuestros bienes; así como una orientación adecuada de bases económicas y posibilidades ciertas de desarrollo. Creo que estamos todos de enhorabuena, y tenemos que mirar el futuro con optimismo.