De vuelta con la Alineación

Viene caliente el otoño, también, porque de nuevo nos confirma el TSJA la legalidad de la obra de la Alineación (no alineación) de Pozoblanco de la Avda. Marcos Redondo. La sentencia que falla el citado tribunal desestima los dos recursos sobre la sentencia anterior que consideraba legal la no alineación. Estamos ante uno de los escollos más graves de Pozoblanco, tanto a nivel político como económico. Las fricciones entre lo político y lo judicial encrespan a cualquiera, sobre todo cuando se impone la insensatez y falta de cordura. Una servidora solamente entiende algo de vacas lecheras, y doctores tiene la iglesia, pero parece de poca sensatez que en el s. XXI no seamos capaces de ver con claridad una cuestión tan sencilla; fuera, por supuesto de las cuestiones políticas, de los planeamientos urbanos fallidos, etc. Creo que hasta un niño se da cuenta de que con la susodicha construcción se crea un embudo y se dificulta el tráfico, y eso es una razón objetiva. No parece normal que una de las grandes avenidas de Pozoblanco, la que tiene que dar entrada y salida a las nuevas áreas urbanizadas y urbanizables, quede limitada en su ancho por una construcción que se hace en nuestros tiempos. Parece mentira que no se pueda solucionar una cosa tan sencilla. A veces pienso que el hombre ha avanzado en cuestiones políticas desde los comienzos de la humanidad, pasando por Grecia, Roma, etc., pero con lo que vemos se demuestra también que la torpeza humana discurre en paralelo a las grandes consecuciones. Resulta aberrante que cuestiones tan claras se entiendan al revés, en perjuicio del urbanismo y de la ciudadanía. Me van a perdonar los detractores de la destrucción de la obra, pero en términos objetivables es una torpeza de escándandalo. Frente a los fallos judiciales y a la incapacidad política, tendremos que responder de nuevo los ciudadanos de forma civilizada, pero contundente.