Tradiciones y fiestas en Los Pedroches

Muy próximas y abrumadoras se nos presentan ya las fiestas y romerías de la comarca. La Primavera y el cambio progresivo del tempero, hacia unos valores más acomodaticios a la época, nos allegan con rapidez y en las próximas semanas a los ritos de nuestros pueblos y a otras celebraciones de nueva creación. Ahí tenemos ya en Pedroche a la vuelta de la esquina la réplica de oficios y tradiciones revestidos de fiesta, añoranza y una cierta nostalgia de los más ancianos hacia ese mundo rural que ha ido desapareciendo sin apenas darnos cuenta. Atrás queda ya olvidado en el sufrimiento, el dolor y el duro trasiego de nuestros abuelos, realzando ya simplemente la estampa romática y bondadosa de esos tiempos con útiles añejos y pericia humana encumbrada al podio de los héroes (qué remedio quedaba). También esperan a la vuelta las Cruces de Añora, de Villanueva, de Pozoblanco y de otros tantos que se animan; en ellas observamos tradición y peligro de extición, con el debate correspondiente, que se falsea a la medida de cada cual. Porque la tradición viva y ciega que dictan los más ortodoxos hay que ponerla en cuarentena, porque ¡ay! distintas eran las cruces de Añora en 1890 (lástima que no las viéramos por un abujerito¡); tampoco la extinción o recreación superflua se pueden asegurar, porque las sendas del destino son inescrutables. ... Y como olvidar a Villaralto, con su Divina Pastora, y la V. Alcantarilla de Belalcázar, que ensalzan a sus patronas con la devoción y el culto centenario, aunque revestidas también con el epílogo contemporalizador de vino,las flores y la discoteca. Los tiempos mandan, y la Religión festera se adapta o muere, como los curas...Poco o muy poco nos podemos reprochar cuando, con mayor o menor tradición, descansamos y disfrutamos de estos eventos primaverales en los que aún queda cierta reminiscencia de nuestros fundamentos espirituales. Con mayores o menores disfraces.