viernes, 26 de marzo de 2010
Semana Santa en Los Pedroches
Ya está, a la vuelta de la esquina, la Semana Santa de nuestra tierra. Tal vez sea hoy el pistoletazo de salida con la festividad de los Dolores, y sobre todo con el inicio vacacional de nuestros chiquillos. El próximo domindo se dará salida oficial con las primeras procesiones de la borriquilla. Por nuestros pueblos se observan ya los preparativos de los capillitas, y también en las calles se han engalanado en algunos (Pozoblanco) las tribunas y artilugios para realzar las procesiones en los tramos principales. Un tiempo de descanso y reflexión, con especial emoción sobre todo para aquellos que lo viven con un fuerte sentimiento religioso. Ciertamente cada vez es máyor la intensidad que ganan las procesiones en nuestros pueblos, si bien es a nivel escenográfico, que no sé si a nivel religioso o espiritual. En unos y otros lugares se copian y plagian los modos y maneras de las grandes ciudades, y salvo pequeños matices estamos repitiendo formas, carentes de personalidad local. Algunas titularidades procesionadas tienen bastante significación y sabor local, pero se revisten en la mayor parte de los casos de un aparataje externo que busca claramente alejarse de lo tradicional. Cada uno de nuestros pueblos vive y siente, no obstante, la Semana Santa a su manera, y sí es cierto que prevalece esta festividad aún con bastante fuerza. En televisión, la espectacularidad de todas las provincias está garantizada, pero como un repertorio circense que acaba cansando. Cada año se repiten los mismos programas sin un atisbo de novedad, con reiteración de enfoques y sin dar a conocer las auténticas identidades y sentimientos de las cofradías. Todo resulta superficial..., poco más de espectáculo televisivo. En Los Pedroches también nos hemos contagiado en lo formal, y basta con ver las bandas musicales de cada pueblo y sus conciertos, revestidos de elegantes atuendos y ceremoniales al uso de la pequeña pantalla. Eso gusta y entretiene al Respetable..., en completa sintonía con los tiempos, pero ajeno del todo a su sentido tradicional. No es ya siguiera un tema a debate, porque una ingente masa se disciplina al imperio de los sentidos.