El patio internauta de Los Pedroches está alborotado, y es que al parecer tienen intención de dejar de publicar el semanario Los Pedroches Información. Ya lo dice el refrán, nada como morirse para que aparezca el día de las alabanzas y lamentaciones; o en caso contrario las críticas furibundas, que de todo hay en la viña del señor. La cuestión merece algún comentario. El semanario Los Pedroches Información disfruta y adolece, por su propio formato periódístico, de una serie de virtudes y defectos que le son inherentes a este tipo de publicaciones, y lógicamente se pueden someter a crítica o valorar en su justa medida. Por una parte tenemos un medio de información de tirada reducida, dependiente de una entidad financiera periodística y financiera mayor, y con un exiguo reducto de redacción que elabora y desarrolla el substrato comarcal.Ello deviene ya en un resultado determinado, que hay que leer en su justa medida: parte de los los contenidos generales son subsidiarios del grupo periodístico del que depente, y no tienen mayor definición ni singularidad que la que le dan las agencias nacionales; respecto al ámbito comarcal se elaboran las noticias y contenidos de acuerdo con las posibiidades de un reducido número de redactores y periodístas, que actúan con grandes limitaciones y sus potencialidades son menguadas a veces en ese ámbito profesional; su resultado no puede ir más allá que el de ofrecer a veces noticias que ya son conocidas por otros medios que le ganan en rapidez y agilidad, y eso en los tiempos que corren es muy difícil de subsanar con precariedad de medios. Mayor gravedad comporta la cuestión financiera, que es muy limitada, y la tirada apenas si puede subsanar los gastos de edición. De otra parte está la cuestión financiera como recurso de autofinanciación (en parte) a través de la publicidad, que en gran medida tiene que estar supeditada a las instituciones comarcales, que una y otra vez utilizan este medio como plataforma de difusión y plataforma de poder (algunos salen en las fotos más que en el album de su biografía); ello deja inevitablemente unos débitos que luego deben de pagarse en especie, quiérase o no se quiera. Todo ello deviene en el debate de la manida cuestión de la independencia de la citada publicación. En estas condiciones es realmente muy difícil hacer periodismo de etiqueta y de calidad. Los periodistas son mínimos (si es que son) y la relación con los poderes establecidos se me antojan muy grandes (ayuntamientos e instituciones), lo que hace muy costosa una tarea que es muy compleja: porque los períodicos requieren en la actualidad rapidez y agilidad, o en caso contrario análisis serios y profundidad en el tratamiento de los contenidos; necesitan de firmas autorizadas y definición de contenidos específicos, que no sean abordados por otros medios; y en el caso de un medio localista como es éste, también precisan de un distanciamiento muy claro de los poderes políticos, que se hace imposible en un mundo que está todo politizado, y las críticas son prácticamente al vecino de enfrente. Además, hace falta mucho coraje para erguirse con la vara de la verdad y de la justicia informativa con precariedad de medios y financiación ajena. No olvidemos que esto de la información es un negocio y es un poder, que resulta un maridaje muy difícil de sostener cuando ni se tiene una cosa ni la otra; y cuando el receptor es además muy susceptible de malinterpretar el trabajo diario, sin una mínima comprensión hacia una tarea que es francamente difícil y comprometida personal, política y periodísticamente. Criticar es muy fácil..., construir y levantar a diario una publicación es realmente difícil y trabajoso. Diríase que de fuerte vocación y con un cierto afecto al masoquismo.
Dicho esto, me gustaría decir que la desaparición de un medio de un medio de comunicación (sea cual sea, en el espectro del discurso democrático) es un hecho siempre triste y algo desolador. Porque aparte de sus limitaciones ofrece una perspectiva más en nuestro entorno local; llega a veces a gente que otros medios no llegan; sirve para pergeñar en cierta medida un espíritu de comarca aunque sea con un prurito muy lejano, y más formalmente que otra cosa; permite a los de la comarca utilizar este medio para lanzar contenidos o noticias que en otros mass media provinciales o nacionales no tienen cabida, ni te permiten esa plataforma informativa. En fin, creo que hay más motivos para estar tristes y preocupados que para la crítica destructiva. Porque la solución a esta cuestión solamente se subsana con la creación de otro medio de información, que será muy difícil de levantar..., que adolecerá también de males análogos; que también tendrá limitaciones o condicionantes ideológicos, financieros o institucionales. No obstante, el tiempo hablará y sentenciará con justicia las verdades de unos o de otros. Tal vez, como dicen algunos, el tiempo de esta publicación ha llegado a su fin, y ha concluido una etapa, porque el mundo de hoy camina por otros derroteros. Quizás, alguno de los valientes se atrevan a poner en marcha otra iniciativa, porque el mundo no se acaba, e ideas y proyectos existen a montones. Cuanto nos gustaría (de verdad) que se urdiera un proyecto de periodismo profesional, independiente y creativo. Con voces calificadas, con plumas ágiles e incisivas; con analistas procaces; con idealistas y aventureros del medio informativo que abrieran horizontes nuevos; que el Pueblo participara con esa inteligencia natural y sentido común que los poderes mediáticos no pueden ni quieren tener; con esa creatividad que dan los hombres no maleados en las lides institucionales o políticas. En fin, construir con ilusión no es una quimera, puede ser una realidad si hay alguien que quiere elevar los sueños al pedestal de la realidad. Y para esta aventura hay corazones agitados, pues pasa como con las brujas gallegas, haberlas ailas.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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