La capital del valle (con perdón, y con la debida licencia) dormita anestesiada por la inyección crítica de los problemas políticos que la abordan. Tal vez los más graves de su historia, al menos que se sientan como tales por una buena parte de los ciudadanos; o eso es lo que al menos sentimos desde fuera. El tema de la Alineación de la Avda. Marcos Redondo y la moción de censura les han sumido (al Ayuntamiento) en un estado de rareza civica y social que es digna de análisis. Por una parte un problema urbano que no se ha sabido abordar por parte del poder político, acelerándo las discordias y acentuando las tensiones entre ediles; de otro lado las intrigas políticas, que al tenor de lo anterior (y también a otros tenores) tampoco han sabido resolverse por parte de las fuerzas políticas. Parece mentira que un tema tan grave, y de tanta trascendencia para la ciudadanía, se mantenga latente durante varias semanas sin decir nadie que esta boca es mía: unos porque esperan con miedo a ver que hacen los otros; otros porque la soledad y la impotencia les embarga, sin poder con los unos, ni con los otros; y los terceros porque la cobardía y la insolvencia les puede..., etc. Y los ciudadanos perplejos por una situación absurda que no tiene fin, y si lo tiene los políticos se lo callan sin decir ni mu. En la otra esfera de la vida, los foros, está el ambiente que trina, y se ve que los temas vibran con la fuerza de un ciclón, pero apenas si pueden disimular la impotencia que poseen; pues al fin y al cabo son simplemente ciudadanos que no pintan nada en la vida política. Las grandes decisiones las tomán los Dioses del Olimpo cuando les viene en gana, y pueden permitirse el lujo de tener al pueblo (sin P) en ascuas durante meses, que para eso son dioses. Una está ya muy harta de estas situaciones que arrogan el sentido común, que disuaden de la existencia de la racionalidad política, y que a fin de cuentas toman a los ciudadanos por lelos. Eso sí, la vida parace seguir con la inercia de la cotidianidad, pero...¿cómo es posible que funcione -me pregunto yo- un ayuntamiento y sus ediles con estas cuitas de por medio? Misterios tiene la vida, sin duda, y este de Pozoblanco debe der uno de ellos.
El próximo martes parece que se celebrará un pleno que resolverá todos estos interrogantes, y bien creo que dejará muy claro que la Política es política, y los Políticos, políticos; siguiendo la vida misma con la estela de incertidumbre que siempre, aprendiendo a olvidar que el ser humano es un animal de costumbres. Creo que aún le queda mucho a los colectivos por arrogarse el derecho político de la Soberanía.
viernes, 20 de junio de 2008
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