miércoles, 4 de junio de 2008

Mar gruesa en Pozoblanco

Tiempo tormentoso y mar gruesa, con fuerza de tres a cuatro en Pozoblanco. Y es que el ámbito de la política está que se sale en el Ayuntamiento de la capital del Valle. Parece que han terminado ya los tiempos de las palabras, y los partidos políticos de la oposición (PP, PA, IU) creen que ya ha llegado el momento de destronar a un PSOE altivo y prepotente (a su parecer siempre, digo) que no ha sabido interpretar adecuadamente los resultados de las pasadas elecciones. La Alineación del Paseo Marcos Redondo, y las posturas encontradas entre ediles de distinto signo, han dado al traste en cuanto a lo de la gota que colma el vaso. En verdad que ya le tenían gana, pero son se atrevían por eso del desgaste político y el mandato de arriba, pero lo más grave ha sido que el PSOE ha seguido en forma y en contenido con la misma tónica de años anteriores, y parece no darse cuenta de que estaba andando sobre el alambre, sin oficio de funambulista, a ciegas y sin red. Benito García y su partido van a pagar muy cara esa ceguera, porque las etapas de la historia se van consumiendo, y el punto de inflexión que han provocado es, a mi modesto entender, bastante decisivo. Ya no son los tiempos de hace veinte años, de esa mayoría contundente que te permite reir hasta de tu padre, que para eso eres el dueño y señor de la casa. Hoy día, y las últimas elecciones lo han corroborado, Pozoblanco está virando a pasos agigantados hacia posiciones moderadas y centro derecha; y los votos que diferencian las mayorías de los grandes partidos son mínimos, y se van reduciendo cada vez más. Por lo tanto, la pérdida de la alcaldía y los gestos de prepotencia (o así se ve desde fuera) se pagan caros, no ya de forma puntual, sino para el resto de los tiempos venideros. Respecto a la situación puntual de la oposición y los partidos, pues estamos ante un auténtico icosaedro de muchas caras, y bastantes lecturas. Cada cual tiene sus intereses y sus movidas particulares, sus ascendientes políticos en Córdoba y Andalucía y sus personalismos bien definidos en Pozoblanco. Así como una trayectoria de votos y aspiraciones, con sus correspondientes techos electorales. El PSOE amenaza con el sistema tradicional de que ¡viene el Lobo!; el PP tiene todas las de ganar, pues puede aprietar bien sin arriesgar mucho, porque haga lo que haga sus electores no le van a fallar en las próximas elecciones, y puede conseguir la alcaldía con responsabilidades generales para todos (los que intervengan en la moción); Izquierda Unida tiene una patata caliente que quema mucho, pero sus posiciones con el PSOE y sus relaciones están poco edulcoradas en los últimos tiempos, y nunca han sido nada buenas; está claro que las bases de la coalizión de izquierdas no le tienen mucho apego a Benito, y pueden tirar sin problemas a derecho por la tremenda. Cierto es, también, que los del momio de arriba (Córdoba) les marean la cabeza con el nefasto apoyo a la derecha (directa o indirectamente), pero en la esfera de lo local puede permitirse el lujo de desarirar al patrón, que tampoco está para tirar flores a nivel provincial o nacional. Total, que puestos a pensar que está pasando, me creo que Benito y su séquito se han dado al rezo, por eso de que a veces conviene creer en los milagros; aunque sepamos que no existan, pero con todo y con eso aún sigue yendo mucha gente a misa. La Fe mueve montañas.

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