sábado, 14 de junio de 2008
El Verano en Los Pedroches
Ahora sí que ya llegó el verano a nuestra tierra. Después de estos dislates, de idas y venidas, del tempero primaveral en la comarca, parece que ya avanzamos con pasos de gigante hacía la estación del estío. Sin embargo, aún puede pasearse con temperaturas aceptables hasta que llegue el rigor de Julio, cuando el dominio de Apolo sentencie su imperio con insolencia. Estamos, pues, en un buen momento para disfrutar de la comarca, con paseo sereno y espíritu templado; vamos, a nuestro aire, sin las exigencias que requieren los protocolarios itinerarios de los actos programados. Debemos descansar de toda esa vorágine de ferias y actos que venimos celebrando estas pasadas semanas, que con insistencia han reclamado nuestra atención; y bien cierto es que con motivo, pues se han derrochado ganas en las ferias de Primavera de Belalcázar, (Alcantarillas), Hinojosa, Pedroche (fin de semana de tradiciones), Añora (con las Cruces, que lucieron con luz propia, y nunca mejor dicho), Villanueva del Duque, con esas jornadas históricas, etc. Ahora debemos ser nosotros mismos los que busquemos nuestro particular rincón, nuestras parcelas de entretenimiento; ese paisaje placentero y tan diverso que una u otra vez dejamos para un rato de descanso: y la oferta es tremenda, sobre todo en la naturaleza..., que si el Cuzna, que si el Guadamatilla..., que si los molinos del Guadalmez...; que si un paseo al Horcajo...; que si hace mucho que no voy a la aldea del Cerezo; ..que ahora que tengo tiempo para ver Pedrique y comer allí; que me encanta el magnífico paraje y el aire puro de San Martín de Añora; que si es un buen momento para hacer una ruta al Castillo de Miramontes...o a las Siete Peñas; ¡que mira..., que tengo tiempo y me animo a realizar todo el tramo de la mesta saliendo de Sto. Domingo!; oye.., que hace tiempo que no veo el puente de retén de Santa María de Pedroche; ¡Dios que dehesa la de Villanueva de la Jara..., y ya de paso veo ese megalitismo que encoge el espíritu, aunque sea en la vieja cochinera! Tampoco sienta nada mal, creo yo, un paseillo a las Cruces y una cervecita en el Guijo. ...¡uff!, qué tenemos el paraiso en nuestra casa.., y no conocemos ni las habitaciones..., y todas son de lujo. ¡Vamos, ánimo!
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