Soberanía digital...cuando?

En los actuales comicios se observan cambios en las formas de propaganda, es cierto, pero solamente en lo más superficial. Leves y lentos virages hacia un mundo nuevo de la comunicación que saben ya los políticos muy poderoso. Seguro que el tiempo irá dándonos mayores sorpresas, aunque por el momento la mayor parte de las cuestiones se quedan en el cascarón: En su presencia formal en las webs, blog..., aparición testimonial en las redes (twitter, faceboock, etc.). Muy pronto tendrán (no por ahora, de momento)que entrar a saco en plasmar en la red cuestiones de contenido y con auténtica veracidad, actuando los medios de notarios para acreditar verdades y mentiras. Y sobre todo, convertir a los nuevos medios de comunicación (internet, informática) en un poderoso instrumento democrático. Creo no obstante, que aún estamos lejos de formas más democráticas y rápidas, donde los ciudadanos mandemos de verdad (la representatividad hoy día deja mucho..., mucho que desea), donde podamos elegir y echar a la calle a los gobernantes que no cumplen, que no son honestos, que no son honrados, que no luchan por los intereses del coletivo (sino los suyos propios). Resulta curioso comprobar cómo nadie plantea siquierá aún la democracia popular, la soberanía digital, que a estas alturas del s.XXI es necesaria y fundamental. Existen problemas y actitudes que no pueden ni deben resolver unos pocos (puntualmente), ni es de sentido común(ni debe) esperar varios años para que paguen (los políticos) sus malos comportamientos (y hay que echarlos al momento)y actitudes torticeras. Hoy por hoy las redes y medios informáticos y digitales nos permiten actuar de forma rápida e inminente como una gran Asamblea, a la que se le pueden plantear a dirario resoluciones (puntuales) de problemas municipales de índole grave, general y con carácter fundamental. Esa es sin duda la mejor Democracia, cuando los ciudadanos sentimos que podemos mandar a diario, y no aquélla en la que elegimos políticos (que ya sabemos como son..., lo han demostrado) que hacen lo que le viene en gana, y se escudan en legimitidades irrisorias, porque los hemos elegido para cuatro años. En nuestros tiempos estas legitimidades dan vergüenza, no tienen ni piezca de decencia ni honestidad. Ya he reiterado por activa y pasiva la sinvergüencería de los políticos que se adocenan en las poltronas (diez, quince, veinte años)..., y alegremente te dicen que "como he sido elegido...". Con estos corruptos e indecentes no vale la pena perder ni un minuto. No saben lo que es la Democracia. Sobre los sueldos y liberaciones políticas, idem eadem idem, se sienten impagados, se esfuerzan de forma altruista para nosotros, luchan por nuestro bienestar, perjudican sus vidas personales, se desvelan por nuestros intereses...¡Ay, Dios mío, que no quiero que sean tan buenos, ni que les falte la salud, ni que perjudiquen a sus familias...! (Que se vayan a su casa). La soberanía digital es una gran ventaja, porque muchos de ellos están mejor en casa, las gestiones serían más rápidas y veríamos de forma inmediata nuestras decisiones operativizadas. Ya sé...sé..., sé, que estamos muy lejos (en la Prehistoria, vamos), ¡Que soy una ilusa!, pero para muchas cosas serían una gran solución. Tal vez mis veinte años me lleven a decir tonterías, a ver la realidad completamente cambiable, a esperar para nostros (la juventud) un futuro menos turbio...; pero pienso que el sistema político tiene que adoptar formulas más creativas, innovadoras y jóvenes. Soluciones de nuestro tiempo. Hay que transformar el contenido de la política de la A a la Z, y las formas, y las personas (vejestorios de otros tiempos). Me voy a comer..., porque luego el ganado sin atender..., y esas sí que no entienden de democracia, ni de sábados ni domingos, ni de crisis ni de política. Todo a su hora, con la regularidad debida y la producción correcta. Dice Vero que no hay nada como la regularidad para el ganado..., y lo corroboran también las estadísticas del ordenador. Quizás a nosotros también nos pase lo mismo, en lugar de tanto bla, bla, bla, trabajo, trabajo y trabajo. Después ventrá eso la satisfacción, la ganancia, la subsistencia y el bienestar, la distracción y el ocio..., la creatividad, el Arte...., la belleza. El mundo y la naturaleza, en sí mismos (sin intervención humana), me dan a diario la gran satisfacción con solo mirar al cielo, el verde del campo y amarillo del horizonte en el atardecer de la dehesa de la Vera.