50 Aniversario de la COVAP

Ayer celebró la COVAP su cinquenta aniversario, y necesariamente tenemos que estar todos de enhorabuena. Es un hito en el camino; un punto de inflexión para la para la complacencia y la reflexión, para sentirnos orgullosos de una tarea que ha durado ni más ni menos que medio siglo de vida. Ni a soñar que se hubieran puesto los primeros socios, allá por el 1959, podrían haber imaginado las cotas de altura que ha alcanzado esta Cooperativa. Su soporte de activos es impresionante (en capital y recursos materiales), pero también su proyección en diversidad empresarial y en expansión territorial; su avance en política cooperativista y en vínculos empresariales con otras empresas análogas. Todo este bagaje lo celebramos con gran emoción y apasionamiento, y las correspondientes autoridades institucionales pusieron con su presencia la nota de glamour a la jornada: la presencia del Presidente de la Junta, la Consejera de Agricultura y sus adláteres de las comunidades limítrofes que también encuentran su implicación en la Covap, autoridades locales etc. Buena cuenta de ellos y sus palabras dan los medios de comunicación. A mi me gustaría, sin embargo, que las palabras más altas y las fotografías más nítidas fueran para los socios, los ganaderos que con su silencio y su esfuerzo continuo han elevado su labor diaria a la categoría de gesta. Porque realmente así es: los socios son el alma y el cuerpo de la cooperativa, los que a diario trabajan duro e impulsan con su esfuerzo el vagón de esta asociación que se sostiene con los recursos de la tierra. Los políticos, en su amplio espectro (los de fuera y los de dentro de la COVAP), son necesarios e imprescindibles, pero el retrato que más me conmueve hoy en la retina es el de la vieja fotografía de los antiguos lecheros de los primeros años con las potas de leches. Enhorabuena a todos los socios por esta feliz conmemoración, que tiene que ser también un punto de reflexión para, a partir de ahora, saber por donde se quiere caminar; sobre todo cuando el tampaño de la cooperativa es ingente y la proyección hacia el extranjero es absorvente.