Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Lamentablemente, sigue siendo necesario conmemorar el Día de la Mujer Trabajadora a nivel internacional, tal como lo propusiera la ONU. Es la mejor prueba que demuestra que las cosas aún no caminan por los derroteros que debieran, ni en nuestro mundo occidental ni por supuesto en el hemisferio del subdesarrollo. Estamos aún muy lejos de que la igualdad sea una realidad, sobre todo cuando falta aún bastante para que lo sea a nivel de conciencia y entendimiento; sobran ejemplos para demostrar que entre la mujer y el hombre aún se arrastran las rémoras del pasado, la primacía de aquél a muchos de los niveles, pero sobre todo en el espectro de las mentalidades. La violencia de género, que un día sí y otro también nos aplasta de forma acuciante, no es más que un botón de muestra de ese pasado troglodita que relegó a las féminas a un segundo plano, y cuya percepción sigue aún muy vívida en las mentes de muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo. Respecto al ámbito profesional, poco hay que decir, pues más allá del escaparate de los políticos (que también esconden muchas miserias, a pesar de haber cuatro ministras para proyectar una imagen falsa), sigue habiendo desigualdades graves, situaciones de injusticia y acoso profesional. El mundo empresarial deja ver diariamente, sin escrúpulos, cómo la mujer sigue estando relegada a un segundo plano: los directivos son mayoritariamente hombres, y las principales decisiones siguen saliendo de las filas de los "barones"; cuando, curiosamente, es mayoritaria la nómina de féminas en la Universidad, en los masters y doctorados. El escaparate político -que decíamos- es cínico por los cuatro costados, pues salvando la cara de las cuotas ministeriales (para que lo veamos), las Secretarías de Estado, Direcciones Generales y Subdireciones siguen caminando por los fueros del machismo. Más aún, porque en esa cara visible (cínica) de la política, los principales puestos no son para la mujer, que queda postergada a ministerios de segunda fila, como Educación, Igualdad, Medio Ambiente, Servicios Sociales, etc; al tiempo que las principales carteras son siempre para varones (¡claro!), Economía, Energía, etc. Y una vicepresidenta viste mucho, claro que sí, pero el presidente es hombre; y el Papa es Hombre; y las presidencias internacionales (ONU, Etc.)están compadas por hombres. ¡Vamos, que tenemos celebración de la Mujer Trabajadora para rato, porque esta desigualdad y discriminación opera en los substratos más profundos de la conciencia!