miércoles, 20 de octubre de 2010
Incorrecciones Semáticas del Patrimonio
Con demasiada frecuencia observamos incorrecciones semánticas en las denominaciones de ciertos bienes culturales y patrimoniales de nuestra comarca. En otras muchas cosas y aspectos diversos también, pero en lo señalado adquiere una especial gravedad por varias razones: primero porque lo que se quiere decir no se dice con propiedad, y lógicamente no se entiende de forma adecuada por parte del receptor; en segundo término porque cuando se trata de bienes culturales que han de ser promocionados para el Turismo se proyecta una realidad falsa, porque quien escucha puede entender lo que se dice en el sentido correcto del término que empleamos, y sin querer le estamos engañando. Parece esto un galimatías, pero de mucha importancia. Un buen ejemplo lo acabo de ver estos días en la difusión de distintos asuntos referentes una casa en Dos Torres(que va a ser una especie de museo y centro de interpretación) que se califica de la siguiente forma: Casa solariega con destino a centro de interpretación de la arquitectura popular. Es decir, lo que problamenten constituya dentro de muy poco un centro museístico o de estudio de nuestra arquitectura popular en Los Pedroches. Por lo tanto, un asunto de bastante enjundia. Sobre lo de popular, ya podríamos hablar largo y tendido, pues no sé si es eso lo que se quiere decir o tal vez de carácter tradicional, pero eso es lo de menos. Lo que sí parece contradictorio es la calificación de arquitectura popular y casa solariega. Con esa formulación de los dos términos llevados de la mano creo que quien ha escrito esto no entiende alguna de las dos palabras, que entran en franca contradición. A ello viene lo de expresarnos con rigor para no dar lugar a equívocos a los demás. No entiendo porque se le califica a esa casa como solariega, sabiendo todos que Dos Torres era (donde está la casa)de Realengo. Además, que yo sepa, no cumple con ninguna de las características que poseen las casas solariegas. Tal vez el adjetivo le ha sonado bien a quien ha propuesto la idea (que además la veo muy repetida en informes, propuestas, etc.), pero realmente no sabe lo que está diciendo cuando la emplea. Son pequeñas cosas, pero que no están nada bien y cuesta muy poco decirlas adecuadamente.
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