Atrás va quedando ya el invierno y toda la secuela de aconteceres políticos y culturales. Ahora se abre ya la luz intensa, sin recato alguno, del estío y las nuevas perspectivas de ocio y descanso, y poco a poco habremos de cubrir el tiempo de esparcimiento. La lectura es siempre, y de debe serlo, un recurso imprescindible para disfrutar, un refugio inmenso para el aprovechamiento de lo que hacen los demás y una posibilidad grande para descubrir nuevos valores; o en todo caso leer y releer aquello que fue saliendo sobre la comarca y no nos ha dado tiempo durante los meses de invierno. Hace semanas que se viene catapultando, con voces altisonantes, la obra de Javier Redondo Jordán que próximamente se presentará de forma oficial. Parecen escucharse palabras mayores y voces autorizadas en su favor, y no podríamos dejar tampoco por nuestra parte de recomendar la citada obra. El susodicho libro se titula Ciudades de la Luz, y tal vez requiera una atención pormenorizada por lo que dicen. En todo caso, siempre es una ocasión buena para conocer a un nuevo autor, su forma de escribir y sus inquietudes. De lleno nos embargaremos en su lectura cuando podamos, porque esto del ganado es de cuidado (esto tienen las lecheras). De momento, mi enhorabuena a Javier y deseo que su obra sea leída y disfrutada por los pedrocheños. Mi lectura la tiene garantizada. Un libro en nuestra comarca es simpre una buena noticia. Y si es bueno, mejor que mejor.
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