jueves, 13 de marzo de 2008

Semana Santa en Los Pedroches

Ya la tenemos, a la vuelta de la esquina, la Semana Grande de los cristianos y católicos. Eso sí, en distintas formulaciones a la carta: para unos con fuerte sentido religioso (supongo) y con vivencias personales de gran intensidad; para otros, como acompañamiento del aparato folklórico, del que forman parte y participan en comparsa; y para algunos terceros, los menos (los menos, por cuestión cultural), que se sienten ajenos totalmente a esta parafernalia religiosa o jocosa, orientando sus vivencias hacia un mundo alejado de estas escenografías. Para la mayoría, en general, tiempo de descanso y de intensidad espiritual. Cabe sin embargo realizar algunas consideraciones a propósito, sobre todo de lo más llamativo de la Semana Santa; me refiero a esa escenografía cofradiera que, cada vez más, bascula hacia formulismos procesionales plagiados de las grandes ciudades (Córdoba o Sevilla). Creo que es lamentable esta réplica de lo que se realiza en otros lares, totalmente vacía y seguidista en lo más superfluo; aunque al parecer la gente tiene necesidad de eso (en SEmana Santa, Carnavales, etc.)., pues lo recurre y lo secunda con ansia. Lo curioso es que se dejan perder las auténticas costumbres de la tierra de Los Pedroches (los villancicos de Diciembre, los autos, etc.), acentuándoselas formalidades de otros. Aquí tendría que destacar la existencia de uno de los grandes acontecimientos de Semana Santa de Pozoblanco, que espero que no se pierda por su singularidad y belleza. Me refiero al Canto de la Pasión de las noches de Cuaresma; es una de los acontecimientos culturales más bonitos, que te pone los pelos de punta, y que se realizan aún de forma un tanto espontánea y gracias a la voluntad y aficción de unos pocos. El día que las instituciones metan las narices, y ya lo está empezando a hacer el Ayuntamiento, se acabará definitivamente con la tradición. No obstante, algunos pozoalbenses nos deleitan, en la obscuridad de la noche, con el susurro de esa pasión que conmueve al más ateo de los hombres en el silencio de la madrugada. Y es que el peso de la tradición, y la intensidad del bagaje cultural cristiano, es impresionante. La elevación del espíritu llega casi a la sublimación con la musica; y eso, a mi modesto entender, es arte. Solo por eso la Semana Santa de Los Pedroches vale la pena.

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QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

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Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva