OPEN DE TENIS DE POZOBLANCO. REFLEXIÓN

Ahí tenemos ya el Open de Pozoblanco. A decir de las autoridades, y de la prensa que secunda a los políticos, un gran acontecimiento para Los Pedroches, y muy especialmente para la ciudad de Pozoblanco. A priori, ante tanto exorno y con un aparato propagandístico tan potente, parece a simple vista que se trata de una magnífica plataforma para potenciar el deporte, la comarca, la provincia, y el pueblo que se convierte en sede internacional del Tenis (ya casi universal dicen que es la competición). Tal vez sea así, pero me parece que una vez más se encubre con toda esta pompa y aparato una amarga realidad. A los políticos se les llena la boca diciendo que vienen las mejores raquetas del mundo, y que nuestros jóvenes van a poder a estar junto a ellos y aprender muchísimo; ciertamente no sé que pueda tener esto de cierto, pues es evidente que con dinero se atraen a los mejores tenistas, cineastas, literatos y científicos del mundo. Eso no tiene ningún merito, a mi parecer. Lo importande debiera ser que se fomentaran aquí otro tipo de actividades que nos conviertan a nosotros en grandes y destacados. Solamente vierto esta reflexión en relación con esos 70.000 euros que gasta solo la diputación (y los demás...), y me pregunto si no vendrían mejor para una enseñanza real del tenis a los jóvenes (durante todo el año), y que luego ellos fueran capaces de ser los mejores y de competir (en su casa y fuera de ella) con las elites del mundo. No sé quien se ha creído, a nivel institucional, que por traer lo más grande (y pagarles un pastón) la cultura y el deporte se promueve más y mejor. De momento, lo que pasa es que vienen, comen, cobran y se van. Y ahí os quedáis. Creo que las iniciativas no son malas en sí mismas, pero todas las cosas deben de tener una lógica y una secuencia. La cultura y el deporte (y todo en general) hay que promocionarlos por la base, para que fructifiquen de verdad. Como decía Caro Baroja, el apoyo a la cultura por parte de las autoridades no produce más que mediocridades. Qué cierto. Se potencia una cultura institucionalizada, desde arriba, y se nos hace creer que es y se convierte en un substrato cultural nuestro. Realmente producen mucha tristeza esos enaltecimientos deportivos; esas jornadas literarias con cuatro personas. No obstante generan, claro está, muchos vientres agradecidos que ya han convertido a esta comarca en fuente nutricia de sus existencias; idem con esos directores de cine y actores que ya esperan con ansiedad venir períodicamente para llevárselo calentito; o esas Jornadas Históricas y Literarias de la Fundación Ricardo Vizcaino que discurren por los mismos derroteros: los amiguetes de D. Santiago están contentísimos. Y nosotros, maravillados por tener entre la plebe a esos figurones de postín. Dios, que atrevida es la ignorancia.