
Necesariamente tenemos que hacernos eco de la catástrofe en Haití. La desgraciada situación en que se encuentra la población exige en estos momentos el esfuerzo de todas las instituciones y ciudadanos de bien de todo el mundo. Aún no se conoce con precisión el número de fallecidos y desaparecidos, pero se barajan ya cifras abrumadoras que acreditan que estamos ante un desastre humano y material de dimensiones gigantes. Las escasas imágenes aparecidas (porque se repiten en una y otra cadena)en los medios de comunicación traducen un panorama aterrador de muertos por las calles, desorden y falta de medios de coordinación para iniciar programas de ayuda. Parece que los países más ricos han tomado conciencia del asunto, y tanto EE.UU como Europa están mandando víveres, buscadores y rastreadores para poder salvar aún a los muchos que están sepultados bajo los escombros; así como un alto contingente de ayuda humanitaria. Sin embargo, es preciso que todos y cada uno de nosotros aportemos nuestro granito de arena (en distintas ONGS e instituciones)poder sacar de la ruina a este país, que desgraciadamente no cuenta con un panorama político adecuado para abordar esta trágica situación.
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