sábado, 25 de octubre de 2008
Esculturas de Hinojosa
De nuevo salen en la prensa local y provincial noticias sobre el asunto del simposio de esculturas de Hinojosa del Duque, que merecen a mi entender algunas reflexiones. Tal vez se aprecie en mi comentario una lectura superficial de aguafiestas, que bien lejos está de mi auténtico sentir y pensar. Vaya por delante, pues, mi máximo interés por defender a Hinojosa, Los Pedroches y todos sus valores patrimoniales; sin embargo, hay cosas que claman al cielo. Por supuesto que todas las iniciativas, si son buenas para promocionar nuestros valores y realzar el desarrollo y la economía de nuestros pueblos, han de ser bienvenidas. Pero eso no es óbice para tener los ojos cerrados y atinar críticamente con las cuestiones de fuste y de calado sobre nuestros intereses. Tal vez debieramos pensar que los políticos de Hinojosa (que son al fin y al cabo quienes dirigen la política) son en este caso activos e innovadores con el Simposio de Escultura Internacional. Lamentablemente no pienso así, sino más bien todo lo contrario: cegatos y de mirada alicorta. ¿Cómo se puede promocionar e incentivar una actividad cultural sobre el patrimonio (que dicen que son estas esculturas) y dejar de lado sus auténticos valores? No puedo entender la cortedad de mirada, cuando está ahí la Catedral de la Sierra que la tienen abandonada y es uno de los mayores patrimonios de toda la comarca y de Córdoba; el abandono y la desidia con que tratan los políticos de Hinojosa a este monumento primordial es detestable, cuando todos sabemos que es precisamente el mayor patrimonio histórico y artístico de esa villa histórica, que tiene sus propios rasgos de identidad y las singularidades propias que nos identifican. Pues ahora resulta que tenemos que empezar a valorar, según los políticos, las esculturas de unos mendas que están todos los días haciendo su labor (encomiable, por otra parte, pero no relevante a nivel artístico ni patrimonial) como patrimonio monumental. ¡Dios, que fuerte!. Hace tiempo que hablaba con el profesor Molinero, especialista en la Catedral de la Sierra [que por cierto, hizo ayer una exposición magistral en Dos Torres, ¡enhorabuena!], y se me puso el vello de punta, cuando al parecer tenemos el monumento más brillante del Renacimiento sin reconocer en su justa medida. Pero los políticos son así: a sus cosas; su poltrona (y de eso el señor Matías sabe un montón, Diputación, Alcaldía..., toda una vida, y lo que le queda, etc.), sus fotos, figurar, etc. Y que conste que me parece muy bien la labor de los escultores, que seguramente han hecho unos repertorios interesantes de esculturas, pero no serán nunca ni podrán ser ni significar lo que es la Catedral de la Sierra. La gran olvidada. Por lo tanto, un coscorroncillo a esos políticos de pacotilla (que no son otra cosa) que tienen una miopía de campeonato. Una se asusta demasiado con estas cosas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario