viernes, 8 de agosto de 2008
Inauguración histórica de los Juegos Olímpicos en Pekín
Pudiera resultar un topico, como todas las celebracione de olimpiadas, pero los Juegos Olimpicos de Pekín han comenzado como se esperaba: espectaculares y grandiosos. El gigante asiatico no solamente no ha defraudado a nadie, sino que ha confirmado el elevadísimo nivel en el desarrollo de una ceremonia inaugural que ha resultado emocionante y sumamente plástica. A lo largo de más de cuatro horas han realizado un despliegue escénico difícil de igualar por el impresionante efectismo, la emocionalidad de los gestos, los deportistas, el variado contenido histórico y moderno, la esencia oriental, la participación multitudinaria, la asistencia de 91000 personas y la trasmisión directa a más de las dos terceras partes del mundo (a más de 4000 millones de personas) con las tecnologías más avanzadas (móviles, tv, internet, etc.). Un sinfín de momentos estelares que no solamente se han desarrollado en el Estadio del Nido, foco principal de atención de la jornada, sino a lo largo y ancho de la inmensa urbe: sirva simplemente de ejemplo que el extraordinario aparato de los fuegos artificiales se originaba desde 1800 puntos distintos de la ciudad. Desde el principio hasta el final han sabido mantener la atención con muchísima intensidad, desde la aparatosa cuenta atrás del segundero, para sentenciar buenos augurios estelares y astronómicos con el ocho del ocho del 2008, hasta la intriga final de la llama olímpica. Un final apoteósico, deportivo, tecnológico y de inigualable belleza de la mano del gigante Li Ning, que corrío ficcticiamente por lo alto del estadio (colgado) para encender el pebetero. La vistosidad de los fuegos ha sido excepcional, pero eso es siempre posible con recursos económicos, aunque en esta ocasión la puesta en práctica ha corrido de la mano de los inventores de la pólvora, ¡y eso se nota! Mayores méritos tiene a mi entender el haber hilvanado una escenificación muy rica y coherente, un discurso emocionante y plastico que ha corrido desde lo largo y ancho de su historia: la invención de los pergaminos, la imprenta, la seda y las rutas comerciales, la muralla china..., el futuro y la convivencia de la humanidad en la tierra a través de un hermoso globo terráqueo volando. Todo ello con un aparataje tecnológico y humano digno de consideración. La mayor efectividad se ha conseguido, sin duda, en esas escenas de miles de chinos muy bien disciplinados, y con mucho entrenamiento, desarrollando composicones de gran plasticidad y sentido artístico. Igualmente las representaciones de los distintos países que ha dilatado la inauguración, como establecen los cánones de estas celebraciones. Los protocolos políticos cortos y bien atinados; y los momentos y detalles muchos y muy bonitos: la bandera olímpica con sus mejores atletas; la hermosa canción muy bien amalgamada entre el chino y la británica, etc. En fin, un comienzo de mucha altura para el acontecimiento deportivo más importante del mundo. Como ya dijimos esta mañana, el gigante se ha despertado y tiene mucho que decir en el mundo. A nivel deportivo, también tienen con ellos los mejores augurios para hacerse con un elevadísimo número de medallas, y mucho más ahora que están en su casa. Ahora, a disfrutar.
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