sábado, 26 de febrero de 2011

Tradición y Modernidad ganadera


La ganadería ha sido uno de los pilares económicos de nuestra comarca, y lo seguirá siendo. Es cosa sabida de todos. Pero también lo ha de ser desde un punto de vista turístico y de promoción, y eso requiere mayores planteamientos para el futuro. Me explico. Las iniciativas que van surgiendo para promocionar nuestra comarca son todas bienvenidas, e incluso soy partidaria de las más novedosas e innovadoras en cuanto a creatividad,Arte, planteamientos originales y díscolos, etc. Cuanto más, mejor, y si es bueno y moderno más nos dinamizará culturalmente. Pero eso no puede hacernos olvidar nuestros orígenes y los fundamentos sobre lo que somos: Que no es otra cosa que unos pueblos en que han vivido, crecido y se han desarrollado en un ámbito puramente rural; viviendo del y para el campo. Que no debe estar para nada en contradición con formulaciones modernas de Cultura, Arte, Turismo o Desarrollo. Entendiendo lo dicho sobre la base rural, me gustaría hacer algunas consideraciones sobre la ganadería, porque es una vía importante para presentar al visitante. El otro día pasé de cerca (y me detuve)por cortijo de mi amiga Juani y su Padre (Mario), que me hizo reflexionar sobre las oportunidades y perspectivas de nuestro oficio en el turismo y en el futuro. Frente a mi explotación, en la que dimos un buen viraje hacia la modernidad y tecnología, promovida por la COVAP y su departamento de Innovación (ordeñadores, informatizado todo, estadísticas diarias, análisis y mejoras buscando la rentabilidad; piensos programatizados, etc.), la de Juani aún discurre por los caminos de la tradición y el romanticismo (y vive bien); pero con la incorporación de su Cortijo como casa rural con visitas de foráneos. Me llamó la atención cómo disfrutaban los visitantes de cosas y aspectos que a mí ya se escapan: moverse por El Encinar con el carro tradicional, bacheando y tardando en cinco kilómetros una hora (disfrutando como enanos); ver el ganado libre en el campo y poder ir con el propietario a echarle por la mañana a las vacas como se hacía antes, al amanecer y a la puesta; enseñarle a los niños los distintos animales (gallinas, pavos...), tocando las cerdas de los cochinillos en el campo, subir en los mulos y el burro con toda la libertad a lo largo y ancho del Encinar sin precaución alguna; explicarles cosas que ya no conocían (no sabían que era echarle el macho, ni capar...)y ver su asombro en los ojos (¡Dios!, porque los ajos no nacen en ristras, como se pensaban). Al haberse mantenido la vaqueriza tradicional y el cortijo viejo se puede ver también la organización de las hojas, los vaqueriles, los estercoleros (totalmente ecológicos, ja, ja, ja), las cuadras con su división tradicional para las caballerías, el perro; la casa del gañán y la del amo, con las consiguientes diferencias, que reflejan en buena medida los estilos de vida de antaño, etc. Ambas explotaciones (la mía y la suya) reflejan conceptos distintos de la evolución en la economía ganadera, y cualquiera de las dos tiene una proyección turística, porque desgraciadamente muchas de las personas de las grandes ciudades ya no saben lo que es el estiercol. Y no hay que irse muy lejos para ver que nuestros jóvenes (de aquí)ya no saben qué es el arado, ni el clavijero o las orejuelas; no le hables de la besana o del tiento de la sementera.

jueves, 24 de febrero de 2011

Visitantes de la Comarca


A estas alturas queda bastante claro que una buena parte del futuro de la comarca está en manos del Turismo, y de todos los sectores que se mueven a rastras; aparte de los cuatro pilares económicos que todos conocemos. Partiendo de este punto de partida es fundamental tener clara la proyección que le queremos dar a esta tierra para cargar las tintas en unas u otras cuestiones, y de eso ya he hablado en muchas ocasiones. Aparte de las iniciativas que tengamos, y las orientaciones que últimamente se ven por ahí (privadas, museos, nuevas ofertas para atístas, etc.)sería muy bueno que entre todos (instituciones y particulares) conjuntaramos datos existentes sobre lo que por ahora se tiene. Me refiero al hecho de que resulta imprescindible conocer con certeza la naturaleza (de todo tipo) de los visitantes que han acudido a esta tierra en los últimos años. Supongo que los particulares (en sus cortijos, casas rurales, etc.), hostelería, fiestas y tradiciones..., tendrán una cierta valoración sobre la gente que viene aquí, porqué vienen y qué buscan...de donde son y en que grupos sociales se encuadran. Es un dato de partida bastante esencial, porque todo lo que hagamos ha de tener in mente ese detalle. Las promociones culturales, turísticas, de innovación, articulación del territorio (...) se deben de orientar en un sentido determinado para no gastar fuerzas inútiles; aunque se aprovechen las sinergías. Para la actividad turística deberíamos que mirar desde bien alto, porque cuando el AVE pare en Los Pedroches nuestra comarca posee unas potencialidades grandes (ecológicas) y una situación bastante estratégica para visitantes europeos. Para gentes que buscan la tranquilidad somos un paraiso, pero tampoco estamos lejos de Córdoba, ni de Sevilla, ni de Jaén..., y nuestro entorno se puede dilatar fácilmente para un futuro visitante que venga de miles de kilómetros. Por ello me gustaría que hubiera una coordinación en cuanto a la valoración de los resultados existentes, para conocer con detalle que es lo que de momento vendemos. Los que de momento nos han visitado.

martes, 22 de febrero de 2011

La Covap y la Fundacion

Todos sabemos de la importancia de la COVAP en la comarca; de su notoriedad y relevancia para el sector económico en nuestro desarrollo. Es lo que realmente nos catapulta hacia posiciones de sostenibilidad, pues mantiene muchos puestos de trabajo directos e indirectos, está en la vanguardia alimentaria y despliega cada vez más proyectos y programas de todo tipo. Eso se sabe. Y sin ella la comarca estaría perdida. Sin embargo, creo que la Fundación no está en la línea que debiera totalmente en el apoyo a la Cultura. Es cierto que promueve proyectos de gran envergadura (como las Jornadas de Otoño, conciertos de Navidad, Cursos de Vernao, Grandes colecciones, etc.), pero lo que es el apoyo a pie de calle y del ciudadano (a nivel cultural) no lo veo claro. Seguramente que con el fortísimo apoyo económico a esos proyectos se podían apoyar muchas cosas más en los pueblos, en la Educación, en iniciativas diferenciadas de distinto calado (medio ambiente, proyectos informáticos, etc.). De algunos proyectos ya he hablado a veces, como las conferencias de Otoño, y pueden ser bastante polémicas: Por un lado la comarca cuenta con grandes personalidades, y mucha gente se da el pego (diciendo los buenos que son, etc., y yendo a escuchar a eruditos hablar del s. XVII, con muchísima atención); y los conferenciantes están contentísimos..., ¡y qué resonancia tienen a nivel internacional...!, etc. (pero se lo llevan calentito). La verdad es que la gente que se aprovecha es mayoritariamente de Poblanco y clases medias..., porque los demás poco hemos podido ver (yo no tengo tiempo de perder jornadas enteras, por mi trabajo). No sé cuantos ganaderos del gremio (que somos los que pagamos el asunto) podrán asistir diariamente durante varias jornada. Pero bueno..., no se trata de eliminar nada. Sería absurdo, pero veo que otras iniciativas de mayor proyección para todos, y más a menudo, tal vez podrían tener cabida: apoyos concretos a los jóvenes; iniciativas puntuales creativas; investigación comarcal en distintos sectores; innovación, etc.. No sé si esto ha sido pensado en serio por los de la Fundación (los que deciden), que creo que es importante además de la foto y la prensa; además de la simple desgravación fiscal, etc. La COVAP somos muchos, y la Cultura tiene el horizonte muy amplio. A veces conviene mirar a lo ancho, porque la luz se expande e irradia desde un punto, pero el campo requiere todo él que la temperatura le llegue para fructificar la sementera. ¿Cuántos pueblos de nuestra comarca se están quedando fuera -casi siempre- de las iniciativas culturales?

lunes, 21 de febrero de 2011

Digitalización del Cronista del Valle

Una inmejorable noticia. Nadie duda a estas alturas que la prensa histórica es una de las grandes herramientas para conocer nuestro pasado, y este períodico tiene recogidas bastantes de las cosas más interesantes de la comarca. Hacía tiempo que había que haberlo hecho, y ahora la ocasión la pintan calva: porque hace falta un buen estudio de la prensa y en profundidad; porque los ciudadanos de a pie tenemos que acceder a estos medios de manera fácil; y porque también sirve y debe servir a los chavalillos para tener una perspectiva de lo que ocurría hace unos años. Yo tengo poco tiempo con la vaqueriza, que me copa por todas las partes, pero cuando puedo miro los períodicos digitalizados. Y es una pasada leer con la perspectiva del tiempo las noticias, los anuncios, las empresas en voga, etc. También son interesantes las obras dispersas de Ginés de Sepúlveda en las que se comprometerá Pozoblanco, pero no dejan de ser obras de especialistas (con todo mi respeto) que leerán pocos más de cien. Siendo Sepúlveda grandísimo y eminéntísimo, que lo sería según me dice mi prima Vero- , pero veo más didáctica la otra iniciativa para el público en general. ¡Como es la vida! Llena de contradicciones: porque Ginés llegó a ser docto y erudito, pero no se dignó nunca escribir ni un renglón de Pozoblanco (más allá de cuatro cosas privadas que pertenecíasn simplemente a su vida personal y sus bienes, hacienda, etc.).

miércoles, 16 de febrero de 2011

Mujeres cibernautas

De verdad que estoy un poco contrariada. Las cifras del macrocosmos occidental, y también del microcosmos español, acreditan que cada vez somos más los ciudadanos del mundo que nos incorporamos a dirario al espacio de internet y sus intrumentos. También es cierto -y lo vemos a diario- que la red de redes (y las nuevas redes sociales, especialmente) causan estragos a los gobiernos, deciden multitud de cosas y están más presentes en todos los asuntos de cierta importancia. A pesar de todo, en Los Pedroches no veo que esa virulencia del espacio cibernauta se plasme en el mundo de la mujer; ya he hablado de ello en otras ocasiones, pero sigo sin ver de forma clara nuestra presencia en los blog, en las páginas web y los recursos de la red. Parece como si las mujeres no tuvieramos una presencia activa en la vida cotidiana, aún siendo muchas las parcelas en las que estamos presentes con un gran protagonismo: arte, arquitectura, literatura, alimentación, mundo empresarial, etc. Pero repito que no se traduce de forma clara en la red. Pueden mirarse foros, reuniones, administradores..., y la respuesta es desoladora. Elemento pasivo, tal vez, pero con un papel protagonista no lo veo. Resulta curioso cuando la Educación está dominada (en el buen sentido) por nosotras, y es innumerable el número de docentes de todos los niveles; cuando en el ámbito empresarial estamos también a la batuta de la administración de muchas empresas y sectores; cuando hasta en mi ámbito (el ganadero) somos mujeres las que nos hemos incorporado a las nuevas tecnologías...Bueno. ¿Cuánto debemos esperar para hacer patente nuestra presencia, para que nuestro protagonismo se corresponda con la realidad...? Lo más triste es...¡Dios! (es hábito cultural, nada más), que tal vez sí haya correspondencia. Y me pongo a llorar.

lunes, 14 de febrero de 2011

Derechos ciudadanos por reivindicar

Es cierto que existen cada día más derechos reconocidos, y las diferencias son abismales con lo que había hace años; sin embargo, también es verdad que son muchas las cosas que aún quedan por hacer, los derechos por reclamar y, sobre todo, la necesidad de concienciarnos de que los ciudadanos debemos tener un trato y una consideración correcta en todo momento. Sin necesidad de reivindicar ni reclamar diariamente. No es ahora el momento de tratar sobre un largo etcétera sobre esta cuestión, pero a veces se olvida: Que los ciudadanos tenemos derecho a vivir en un ambiente saludable (sin ruido y sin humos); que debemos ser tratados correctamente por las instituciones (recibiéndonos) y recibir auxilio y no indiferencia (en las oficinas y en el papeleo...); que no deberíamos ser engañados una y otra vez por los políticos aunque sean ellos los que tengan la sarten por el mando y puedan manipularnos facilmente, no responder de sus actos, etc. Hay también derechos que se ingnoran diariamente y tienen su importancia, y sirva de ejemplo lo siguiente: hoy he ido a Pozoblanco a realizar algunas gestiones, y para no entorpecer más el tráfico por que las obras se prodigan por acá y por allá, he dejado la furgoneta a las afueras y me he ido andando. Pero..., heme aquí y allá, que en los trayectos de obras tenían articuladas soluciones para los coches... (desviaciones de carrile, más o menos, etc.), pero para los ciudadanos no había nada establecido; varios peatones andavamos como podíamos entre los coches y entre los conatos de aceras en obras..., entre los obreros y los escombros. Digo yo que también los ciudadanos (de a pie) tendremos derecho a que se establezcan normas de circulación vial..., a que se operativicen pasos para peatones y alternativas para andar por la ciudad sin poner en peligro nuestras vidas. Porque si esta mañana me ocurre un accidente, los coches llevan todas las de ganar (ante un juicio), pues ellos circulaban por sus carriles (acondicionados por las autoridades). Para quien no han acondicionado nada -o de forma burda- es para los peatones. Pensaran que cuando hay obras los ciudadanos tenemos la capacidad de volar. En cantidad de ocasiones (cuando se pintan o arrenglan fachadas de edificios, etc.) se invaden las aceras de los ciudadanos, y somos nosotros los que una y otra vez tenemos que incorporarnos a las carreteras o carriles de vehiculos para poder pasar...; con el consiguiente peligro de nuestras vidas. Como digo..., tenemos aún que avanzar bastante en los derechos y en la necesidad de tomar conciencia de ellos.

martes, 8 de febrero de 2011

La percepción de la comarca

También estoy yo de acuerdo con aquello de que para el presente y el futuro de la comarca es muy importante tener clara la imagen que damos hacia el exterior. A la vista de lo que se dinamiza y promociona (en las distintas instancias, institucionales y particulares) se podría decir que simplemente podemos ofrecer tradición y no modernidad, cuando eso no es cierto en absoluto; o no debe serlo. El asunto de las tradiciones ya está muy trillado, y a veces (las más) ni se proyecta debidamente la verdad de ese pasado que se quiere remembrar. Pero, bueno. Lo interesante es impulsar otro tipo de cuestiones que viren más hacia la modernidad, la juventud, la tecnología e innovación, la creatividad y otros sectores. Hasta en lo más tradicional nos aferramos a las perspectivas trasnochadas, porque ¿Es que no se pueden plantear museos mirando hacia adelante? ¿Es que no se le pueden dar otros enfoques más actualizados en el formato y en lo que se presenta? La Música, el Arte, la Literatura, La publicidad, la educación, la naturaleza, la informática, ...deben de abrir nuevos campos de actuación, perspectivas distintas a lo que otros presentan. Claro que no es fácil encontrar caminos, y hay que buscarlos, sobre todo para no incidir siempre en lo mismo. Porque el reclamo ha de ser sonoro, distinto, novedoso, llamativo, especial...Hay que pensar...

lunes, 7 de febrero de 2011

La matanza y el remedo de la tradición

Está bien que se revitalicen las tradiciones, que se recuperen y que los jóvenes tengan cierta imagen y crédito de lo fueron. No voy a ser yo una detractora de estas remembrazas de antaño. Sin embargo sí quiero dejar constancia que las esencias de aquello se pierden necesariamente. Bien es verdad que hay una recreación de la fiesta y el regocijo, de los procesos y de las carnes, del ambiente rural y un sinfín de cosas más, etc. Pero la matanza familiar era otra cosa, porque iba mucho en ello. Era ante todo familiar y muy familiar (con allegados de verdad)y el clima que se creaba en cada casa poseía una fuerte personalidad, muy distinta en cada uno de los hogares (aunque pareciera lo mismo); también las formas de abordar el despiece en cada casa tenía sus singularidades, así como los aprovechamientos en cada caso (que no erán idénticos). Los cuadros humanos y su dinámica interna en cada caso eran definitorios. Era una actividad tan completísima en matices que requeríría un sinfín de matizaciones, que ahora no vienen al caso. Simplemente quiero manifestar el sabor agridulce que me producen estas recreaciones institucionalizadas (Día de la matanza, etc.)de hecho tan personales, con vivencias tan nuestras, singularidades tan grandes y dispersiones de gran calado. Al menos yo lo veo así, porque con mis pocos años he participado en mi pueblo en muchas matanzas, pero ninguna igual, y en ello estaba la tremenda riqueza de unas vivencias dispares sobre un mismo fenómeno (y no me refiero, por supuesto, a la percepción lógicamente diferenciada que tenemos de cada acontecimiento día a día).

viernes, 4 de febrero de 2011

Las ciudades de la luz

Hace tiempo que leí este libro del novel pozoalbense, y ahora que se alza como candidato al premio Solienses me apetece comentar algo sobre él (el libro). Sobre el premio tengo poco que decir, porque me parece bien que se promocione la cultura de cualquier manera, y muy especialmente a través de la literatura.
La ópera prima del autor se presenta al lector con los oropeles del prologuista –Sánchez Dragó– y de los correspondientes reclamos de las subsiguientes presentaciones. La obra de Redondo Jordán se plantea en principio, desde su formato y propio título, como un cuaderno de viaje, con un presumible contenido que avalará el viejo género literario. Lo empecé a leer desde que tuve noticias de la obra, sobre todo por los exornos y las prédicas tan positivas que dimanaban del autor novel. Realmente lo hubiera leído de todas formas, porque me interesa saber qué y cómo se escribe en nuestra comarca (aunque mis apetencias son plurales); las inquietudes y la creatividad que despliega nuestra tierra en tantísima gente que proyecta, hace, escribe, lee, pinta, etc. (que creo que es mucho más de lo que en realidad emerge a la superficie, y que desconocemos). Con este libro me ha pasado lo que suele ocurrir con las obras (de cine, literatura, etc.)que se encumbran en demasía y en los que estás condicionada para esperar grandes resultados. Pues bien, a veces a realidad es otra, o en todo caso no es lo que una presumía. En esta hay de todo, bueno y menos bueno, certezas en los halagos pretéritos y esperanzas defraudadas. Jordán se esfuerza por perseguir los tópicos del viajero solitario, asocial, introspectivo, bohemio, reflexivo y meditabundo, afecto a la muerte y comprensivo con el viaje de la vida..,etc. Esta perspectiva me agobia de verdad, sobre todo por ese esfuerzo tan cargado de voluntad por parecer raro, distinto y distante..., y creérselo. En cuanto al género está claro que no es solamente un libro de viaje, sino que hay más y menos en cuanto a ello se refiere. Mirada la obra en conjunto a nadie le pasa desapercibida la mezcolanza (Madrid, Burgos..), porque sí es verdad que hay viajes, pero también otras muchas cosas. La trama me parece un tanto deshilachada, porque el hilo quiebra en numerosas ocasiones; y el lector a veces (muchas) tiene la sensación de que son historias trabadas y urdidas con una artificiosa unidad. El propio género (literatura de viaje) se pierde desde el inicio, porque el autor nos sumerge en un Madrid que el viajero conoce de cabo a rabo, y está desencantado con sus miserías, cotidianidad, el desengaño del que lo conoce bien, etc. Como lectora (de un viaje de otros) me gusta que el viajero se sorprenda, que descubra realidades, que se deslumbre (o lo contrario) con razones y verdades inéditas; aquí no hay perplejidad que valga, porque lo que se traduce es el desencanto de una mirada sedimentada en las percepciones diarias (no de un viajero). En su descargo está, tal vez, que el viaje aún no había comenzado. Bueno. El viaje propiamente dicho no desdice para nada lo anterior, porque el París que nos retrata poco tiene de novedoso, ni de sorprendente más allá de los cuatro tópicos; tampoco entiendo muy bien la insistencia por sumirnos en el romanticismo al ultranza de visitar varios cementerios a pesar de sus atinadas reflexiones; vaya dispendio necrológico. Igualmente me parece Benarés, con la traducción simple y llana de la visión estereotipada del turista trasnochado, de las estampas tan reiteradas de una civilización tan alejada de la nuestra (pero de todos conocidas).
Los últimos capítulos me parecen un añadido sin argamasa al proyecto del libro, y no dejan de ser reflexiones interesantes –que lo son–, aunque para mí acaban siendo una pesada losa con cierta carga de culpabilidad. El escritor puede escribir lo que quiera (y así lo hace, sin discusión), pero no debe de olvidar (porque también lo hace) que luego entrega sus reflexiones a la imprenta, y el fin último somos los lectores.
Bueno, que tal vez me exceda, pero me ha parecido un poco desfragmentada y tópica la percepción del viajero, y muy severa y desmedida la adscripción al tópico literario (en muchos aspectos) sin necesidad.
Lo mejor también se percibe a distancia, porque Redondo escribe con calidad y pulcritud, tiene una pluma ágil y un lenguaje cuidado. También un contenido preciso (aunque no me guste) y dice lo que quiere decir, sin ambages; en todo eso sí que tiene bastante razón Dragó (persona non grata, por otras razones...), porque el lenguaje hay que saberlo utilizar, y Javier lo domina con suficiencia.
Para ser una ópera prima no tiene tacha la obra, sobre todo porque con lo anteriormente dicho está más que claro que tiene todo un futuro por delante para deleitarnos, y los pedrocheños estaremos encantados de leer y verle madurar en su obra.Enhorabuena.

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES

QUE PARE EL TREN EN LOS PEDROCHES
Vista Parcial de la Manifestación en la Estación de Villanueva